martes, 26 de febrero de 2013

“EL SÉPTIMO SELLO” DE INGMAR BERGMAN.


 “EL SÉPTIMO SELLO” DE INGMAR BERGMAN.


Durante el período de la Edad Media en el que la peste arrasó con las vidas de mas de la tercera parte de los habitantes de Europa en el siglo XIV, la muerte jugó un importante papel en el imaginario de los europeos de la época. Las condiciones sociales y artísticas se vieron influenciadas por la figura de la parca, y en el caso de la película de Bergman de 1957, esta situación está representada en el caso del caballero templario Antonius Block, quien se ve enfrentado a la muerte, de rostro pálido y austero, en un juego de ajedrez. El ajedrez, luego de su afianzamiento en la sociedad medieval, se convirtió en un juego de diversión, no es el caso que se muestra en la película, puesto que el juego se convierte en una especie de ruleta rusa de la que depende la vida del caballero, pues al perder, la muerte reclamará el alma del desdichado caballero.

Durante la película también podemos ver imágenes y diálogos que aluden al amor, al amor pasional, como al amor familiar reflejado en el juglar, su esposa y su pequeño hijo. El arte no se aleja de la influencia de la muerte, y es que a través del arte, los artistas medievales recordaban a los hombres el fin que a todos nos espera. La función de las imágenes es emocionar, despertar el terror sagrado, el arrepentimiento. El arte medieval siempre tuvo una función moralizadora.

Bergman escribió acerca de esta película: “La idea de El Séptimo Sello me vino contemplando los motivos de pinturas medievales: los juglares, la peste, los flagelantes, la muerte que juega ajedrez, las hogueras para quemar a las brujas y las Cruzadas. Esta película no pretende ser una imagen realista de Suecia en la Edad Media. Es un intento de poesía moderna, que traduce las experiencias vitales de un hombre moderno en una forma que trata muy libremente los hechos medievales. En mi película el caballero regresa de las Cruzadas, como hoy un soldado regresa de la guerra. En el Medievo los hombres vivían en el temor de la peste. Hoy viven en el temor de la bomba atómica. El Séptimo Sello es una alegoría con un tema muy sencillo: el hombre, su eterna búsqueda de Dios y la muerte como única seguridad”.

Un papel importante en el filme son el que juegan el escudero y el juglar como figuras cómicas, pero también cada uno con diversos caracteres en sus personalidades. Por un lado el escudero es rudo, aunque la rudeza le da un aire protector. En cambio el juglar es un soñador, que a pesar de la precariedad que lo rodea, es feliz al tener a su lado una familia que está sana en tiempos de la peste.

Mientras la película avanza, se va desarrollando la partida de ajedrez, pero a su vez, en las pausas que la muerte le permite al caballero, este último se ve inmerso en una serie de encuentros como el que tiene con la bruja, encuentro que lo hace reflexionar acerca de sus pensamientos hacia Dios, la religión y la humanidad. El momento de la quema de la bruja se convierte en todo un ritual, en el que la iglesia quiere acabar con quien creen es la causa de la peste, la maldad diabólica, representada en la bruja.

Un encuentro más agradable para el caballero es el momento en el que este se reúne junto a la familia del juglar, quienes le brindan “leche recién ordeñada” y fresas silvestres para que se relaje un poco de tan ardua tarea que conllevaron las cruzadas. El sacrificio del caballero ante la muerte salva a esta familia de ser presa de la peste

Sin embargo, el encuentro más importante es aquel que tiene con la muerte, que viene a reclamar su alma. El templario, en un atisbo de astucia le propone a la muerte jugar una partida de ajedrez para postergar el hecho de que ésta le robe la vida. Pero con la muerte no se puede ser astuto y esta también lo engaña al hacerse pasar por el cura confesor, al momento que el caballero le comunica las jugadas que tiene pensadas para ganar la partida. Aquí se ve como la muerte esta inmiscuida en todos los ámbitos de la sociedad medieval, incluso (y por no decir que fuertemente) al interior del clérigo, donde la muerte juega tanto un papel pacificador como un papel de verdugo. Pacificador al darle descanso a los seres en pena enfermos de la peste, que la iglesia no podía mantener, y verdugo al no reconocer clase social, ni cargo, ni oficio, ni color. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario